sábado, 3 de enero de 2009

El poder de una foto en Badoo

Después de mucho tiempo resistiéndome, sucumbí a la curiosidad –y al aburrimiento, también…- y entré en un site de esos de las ya famosas redes sociales… entre una amiga que insistía, una prima que me invitaba constantemente y una hermana que ya estaba inscrita me convencieron… teclée la dirección, me inscribí… un perfil breve, escueto… no desvelando demasiada información personal porque a nadie le importa tampoco… una foto, la misma que tengo en el Messenger…

De primeras, el ingreso en lo que es ya mi cuenta fue apoteósico… el programita te dice quiénes han preguntado si estás por allí… la primera sorpresa… un buen amigo que veo menos de lo que quisiera… y un botón del pasado… el caso es que, sin comerlo ni beberlo, comenzaron a llegarme mensajes… un auténtico bombardeo… desde la estúpida frase –que yo creo que están preparadas para quiénes no sepan qué decir- “pss, estoy en misión secreta” a el “nunca había visto una cara tan dulce como la tuya”… aquello era un follón de caras, edades, procedencias… cada uno de ellos con una frase halagadora… con algo que te hace sonreír… e incluso, alguna que otra cosa que te sorprende por lo descarado… supongo que en Internet todos perdemos la vergüenza… somos quiénes queremos ser, cómo queremos ser… y, sobre todo, contamos lo que queremos contar… y podemos decir sin miedo porque somos un pequeño espacio de esa inmensa red que es Internet…

La cosa empezó muy bien… con conversaciones agradables con gente interesante… un mero entretenimiento… y, para mí, un auténtico descubrimiento de hacia donde va este mundo... nos relacionamos a través de una pantalla con desconocidos en vez de hacer lo mismo en cualquier bar... sin embargo, una semana después, estoy a dos décimas de darme de baja… es curioso cuando lo único que quieres es charlar por puro placer y te encuentras con que, poco más o menos, tu compañero de conversación está analizando las probabilidades de compatibilidad como pareja… ¿dígame?... en ese momento es cuando toca sacar el armamento pesado…o cuando una de las personas a las que le has dejado clarísimo que tú no buscas nada más allá de charlar con alguien le ha enseñado tu foto a su madre… y ésta te da el visto bueno… sí, lo que me faltaba por ver… o más bien por leer…

Lo cierto es que, tras 7 días de experimento, estoy a nada de desaparecer de este extraño mundo de Badoo… en parte, porque creo que pese a la sinceridad y lo directo del “no busco nada más allá de charlar” hay quien no lo entiende… sin embargo, me quedo con la parte positiva… pese a ser como una charcutería –vía Internet, pero charcutería humana al fin y al cabo- lo cierto es que me ha subido la moral… una simple foto puede despertar comentarios peculiares… subirte la moral… hacerte sonreír… que el objetivo es el que es, está claro… pero a nadie le amarga un dulce… y, de cuando en cuando, sienta bien leer frases agradables… cosas bonitas… aunque sean de extraños... tan frías como lo es una pantalla…

1 comentario:

JUSTY dijo...

Eah!! Me ha gustado mucho esta redaccion y a fin de cuentas esa red social, como otras cuantas, es en lo que se basa a pesar de dejar claro que es lo que se quiere. Me ha gustado mucho leerlo de verdad. =)